Los equipos de rescate encontraron restos de las víctimas en un radio de 100 metros.

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JAVIER JIMÉNEZ-LLUÍS PLANAS
Enrique Soria Miranda, de 49 años, y los hermanos Francisco Javier y Emilio García Bayona, de 32 y 40, todos ellos empresarios catalanes, fallecieron ayer al estrellarse, contra una montaña de Orient, en Bunyola, la avioneta en la que se dirigían a Sabadell. Las condiciones meteorológicas adversas, con nubes bajas, lluvia y niebla, fueron, al parecer, las causas del desastre.

La avioneta Pipper Malibú Meridiam, con matrícula de EEUU, despegó del aeródromo de Son Bonet, en Marratxí, poco después de las once de la mañana. El aparato estaba pilotado por Enrique Soria y sus cuñados, los hermanos García Bayona, se dirigían con él al aeropuerto de Sabadell. Sobre las 11.57 horas, aproximadamente, el aparato sobrevoló las fincas de Solleric y Comassema y de repente se encontró de frente con un risco que no pudo remontar, en sa Mola de Son Terrassa.

La colisión fue brutal y la aeronave quedó envuelta en llamas, a unos 400 metros de altura. Cazadores y vecinos de la zona oyeron un estruendo y poco después vieron elevarse una columna de humo. Desde la carretera de Alaró a Orient todavía eran visibles, a las 12.20 horas, las llamas en la cima, que poco a poco se fueron extinguiendo. El dispositivo de emergencia, coordinado por la Guardia Civil, se puso en marcha de inmediato y un helicóptero del Cuerpo y otro del SAR acudieron al paraje del siniestro para confirmar las peores expectativas.

Cuando el equipo de montaña (GREIM) llegó por primera vez al escenario, se encontró con un espectáculo dantesco: los cuerpos de los tres empresarios estaban completamente carbonizados y había trozos esparcidos en las rocas y los árboles. La base de operaciones se instaló en la finca Solleric, propiedad de Pep Gilet, donde se fueron acumulando dotaciones de bomberos, ambulancias, Policía Local, Guardia Civil y expertos en rescate en montaña. El operativo benemérito fue coordinado por el capitán Juan Caballero y Manuel Nieto, jefe de los Bomberos de Mallorca, hizo lo propio con sus efectivos.