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La carta se entregó en la Delegación del Gobierno el pasado 24 de enero y está dirigida a Catalina Cirer, que entonces era todavía la titular. En la misma, el abogado de la Asociación Unificada de Guardias Civiles de Balears expone en primer lugar la problemática de la falta de personal en el Cuerpo: «Consideramos imprescindible y urgente la adopción de medidas encaminadas a conseguir como objetivo prioritario la ocupación de todos y cada uno de los puestos de trabajo vacantes en nuestro archipiélago. En segundo lugar, y una vez cubiertas las vacantes, se considera perentoria la necesidad del aumento de las plantillas en las unidades operativas de Seguridad Ciudadana y Policía Judicial, que se calcula en torno a unos 200 efectivos.» El colectivo opina que no hay el suficiente número de funcionarios en las calles de los pueblos y ciudades de Balears, y pone en duda el anuncio por parte de la Administración del Estado de los aumentos de plantilla para el periodo 2002-2004, que se estima en 7.175 efectivos «puesto que ni siquiera se van a cubrir las bajas previstas en dicho periodo, que se cifran en 7.746, por lo que el déficit de la plantilla se va a incrementar».

En otro párrafo la AUG considera que «las condiciones en las que los funcionarios y funcionarias de la Guardia Civil en Balears prestan servicio en los últimos meses es difícilmente empeorable», y exponen algunos puntos concretos. Así, se señala que los días libres de los agentes «han sido reducidos a cuatro al mes y ha sido generalizada en Balears la implantación de servicios de seis horas con un único día libre semanal. Esta medida, por ejemplo, ha sido paralizada en provincias como Valencia al comprobarse que son mayores los inconvenientes que las teóricas ventajas».

La asociación resume los problemas en «presión insoportable, con unas plantillas bajo mínimos, con eliminación de días libres, turnos inestables, multitud de servicios en horario nocturno y festivo, y sin posibilidad de una mínima previsión para planificar la vida familiar y social, lo que provoca el desánimo y la desmoralización entre los miembros del Cuerpo, que llega a niveles no vistos desde la 'era Roldán'».