La víctima, de unos 20 años, estaba acompañada de otros
montañeros y sobre las 12.00 horas perdió el equilibrio cuando
pasaba junto a una gran cascada creada por los últimos deshielos en
la montaña. El joven se precipitó desde aquella altura y cayó
dentro del agua, aunque se golpeó violentamente la cabeza y comenzó
a sangrar. La rápida actuación de sus compañeros impidió que se
ahogara, ya que perdió la consciencia durante algunos minutos.
Uno de los excursionistas pidió ayuda a través de un teléfono
móvil y por fortuna el helicóptero de la Guardia Civil se
encontraba en las inmediaciones realizando clases prácticas. Así
pues, en quince minutos el aparato pudo aterrizar en un paraje
cercano y los amigos del herido lo trasladaron hasta ahí en
volandas. Cuando los agentes examinaron al accidentado, éste ya se
encontraba consciente, aunque con síntomas de hipotermia debido al
contacto con el agua gélida. La víctima, cuya identidad no ha
trascendido, quedó ingresada en el hospital de Son Llàtzer, con
pronóstico grave.
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