El acusado, en el centro y escoltado por la policía, se encuentra en estos momentos en prisión. Foto: JFM

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Un hombre de 35 años de edad, llamado Enrique Eutimio H.P., reconoció ayer ante un juez que había clavado la punta de una jeringuilla a su hija de nueve meses para simular que había sido víctima de un atraco en una tienda que estaba montando. «Le clavé la jeringuilla a la niña para así poder estar 15 días con ella y con su madre», con quien se encontraba separado. El acusado, que ahora está en prisión, denunció este falso atraco el día 8 de agosto del año 1999. El individuo denunció que sobre las 15.30 horas estaba con su niña en una joyería que estaba montando en la calle Crist Verd, en Palma. Contó que dos individuos entraron esgrimiendo sendas navajas con la intención de asaltarle. Dijo que se enfrentó a uno de ello, pero mientras tanto el otro delincuente cogía a la niña, le clavó la jeringuilla, y después se dieron a la fuga. Todo este episodio fue pura invención del acusado, que para dar mayor credibilidad a su versión clavó en el brazo a su propia hija la aguja de una jeringuilla.

La niña, inmediatamente, fue trasladada a Son Dureta. Allí se encontraron el padre y la madre de la pequeña. Los médicos, según narró ayer la madre, les explicaron que existía la posibilidad de que la niña se hubiera podido contagiar con anticuerpos del sida o de otra enfermedad. Les pidieron permiso para inyectarle la vacuna contra la hepatitis y les dieron un plazo de 72 horas para que decidieran si sometían a la niña a un tratamiento muy agresivo contra el sida, que tenía efectos secundarios muy graves, y que jamás se había experimentado con un menor. El acusado, a pesar de la situación de angustia que hizo vivir a su ex mujer y a toda la familia, no reconoció que se trataba de una invención. «No sé porque hizo esto. Quería que mi mujer se diera cuenta que era capaz de defender a la niña. Estaba agobiado por no poder ver a mi hija el tiempo que yo quería». Finalmente la madre rechazó la aplicación de este tratamiento.

Mientras la familia vivía uno de los días más difíciles de su vida, el acusado facilitó a la policía la descripción física de los individuos que supuestamente habían cometido el atraco. Facilitó la descripción de dos conocidos suyos y con esta base se realizó dos retratos robots, que fueron publicados en la prensa. La policía, hasta que averiguó que se trataba de una invención del padre, llegó a detener a cinco personas, aunque todos fueron puestos en libertad. Enrique Eutimio está acusado de los delitos de amenazas, simulación de delito, coacciones, estafa y tenencia ilícita de armas.

El fiscal pide una condena de cinco años y nueve meses de prisión. Su ex mujer y su hermana, a través del abogado Jaime Grimalt, pide dos años más de prisión que el fiscal. Además de la denuncia falsa, también se le acusa al individuo de haber amenazado a su mujer por teléfono, haber agredido a su cuñada en la autopista, haberse apoderado de dos perros que eran propiedad de la familia de su ex esposa, y de tener guardadas en su casa dos escopetas de las que carecía de documentación. Su ex mujer sufrió una grave depresión tras este increible suceso.