El siniestro se inició a las cuatro de la madrugada y ayer noche estaba controlado, pero no extinguido. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

TW
0

Un centenar de coches para desguace y seis autocares, además de un camión que se encontraba operativo, quedaron devastados en la madrugada de ayer en Llucmajor a consecuencia de un incendio en una chatarrería que al cierre de esta edición todavía no había sido extinguido por completo.

Los terrenos donde se ubica el negocio están situados en la salida del pueblo en dirección a Algaida, junto a la finca de Buniferri. A eso de las cuatro de la madrugada los vecinos se despertaron sobresaltados por el fuerte olor a goma quemada y algunas detonaciones, y al abrir las ventanas de sus casas descubrieron llamaradas de varios metros de altura en el desguace, a unos 200 metros de las viviendas. El dispositivo de emergencia se puso en marcha de inmediato y colaboraron varios parques de bomberos, dirigidos por los de Llucmajor, y la Guardia Civil. A esas horas llovía copiosamente, pero esa circunstancia no fue óbice para que las llamas se fueran extendiendo por la mayoría del recinto, al tiempo que se sucedían las explosiones en los depósitos de gasolina.

Durante las tareas de extinción, en la que participó una veintena de bomberos, se tuvo que retirar una línea de alta tensión (de 65.000 voltios) ya que existía peligro de que el fuego la alcanzara, con consecuencias imprevisibles. Un camión valorado en 48.000 euros, propiedad de la empresa que explota la chatarrería, también fue pasto de las llamas, que llegaron a provocar una humareda que con las primeras luces del día era visible desde cualquier punto del pueblo. Por fortuna, el viento no soplaba en dirección a las casas más próximas, por lo que no fue necesario desalojarlas. Pau, uno de los vecinos, explicó a este periódico que «me desperté por el estruendo de las explosiones y luego ya no pude pegar ojo en toda la noche, porque temía que el humo entrara en la casa mientras los niños dormían».

La Guardia Civil se entrevistó con el dueño del negocio y se interesó por la causa que provocó el siniestro. En un principio se especuló con que la caída de un rayo pudiera estar detrás del incendio, pero los vecinos descartaron que la tormenta hubiera llegado con aparato eléctrico. En cualquier caso, los investigadores contemplan varias hipótesis, desde un cortocircuito en una de las numerosas baterías de coche hasta la actuación de un pirómano. En este sentido, los vecinos declararon que era habitual que pandillas de muchachos frecuentaran la chatarrería en cuanto se acababa el horario de apertura al público. A las once de la mañana, cuando todavía quedaba un parque

(Pasa a la pág siguiente)*