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Bartolomé Fernández, un pintor de brocha gorda de Palma, de 33 años de edad, ha interpuesto una denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía por la brutal paliza que sufrió, supuestamente, a manos de cuatro porteros de una discoteca, que le arrancaron tres dientes a golpes. La víctima, que sigue recuperándose de sus lesiones, relató ayer a Ultima Hora que en la madrugada del viernes al sábado acudió a un local nocturno del Passeig Marítim para celebrar que dos familiares de Asturias se habían desplazado a Mallorca: «Lo estábamos pasando muy bien, y no habíamos provocado ningún problema, pero de repente tres vigilantes se nos acercaron y nos dijeron que teníamos que abandonar la sala», contó.

Acto seguido, Bartolomé y sus acompañantes se dirigieron a la salida «pero en el ascensor no dejaron que entraran mis familiares y entre cuatro porteros empezaron a darme patadas y puñetazos por todos lados. Yo no pude defenderme porque estaba en inferioridad numérica y a base de golpes me arrancaron tres dientes», añadió. Una vez en la calle, el herido, que sangraba de forma abundante y se encontraba desconcertado por la paliza, se dirigió al Punto de Asistencia Continuada (PAC) de la Escuela Graduada, en las Avingudes, donde recibió las primeras curas. En el parte médico emitido se puede leer «Acude por agresión. Sufre pérdida de tres dientes por un puñetazo en la boca» y se recomienda que sea atendido por un dentista para comprobar el alcance de las lesiones en la dentadura. El pintor refirió ayer que se siente «muy mal» por todo lo ocurrido, «sobre todo porque yo no había provocado a esos vigilantes ni tampoco los conocía de nada; no tenían ningún pretexto para tratarme de esa forma y no me dieron ni posibilidad de defenderme».

El hombre espera que la policía «haga su trabajo» e identifique a los autores de la paliza, que según él «ya sabemos quienes son, porque hemos hecho algunas gestiones». La víctima también contó que al margen de los destrozos en la boca «tengo todo el cuerpo dolorido, y hoy (por ayer) tengo que ir al hospital porque me molesta muchísimo una costilla y puede que la tenga afectada». Por último, Bartolomé denunció que durante la paliza perdió el teléfono móvil de su empresa.