José María Sánchez declaró que antes de romper la imagen consumió drogas. FOTO: J.F.M.

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Tanto la Fiscalía de Palma como la abogada Carmen de España, que representaba como acusación al Consell Insular de Mallorca, pidieron ayer a la juez Magdalena Morro que condene al joven que el pasado mes de diciembre destrozó la imagen del Sant Crist de la Sang a que cumpla dos años de prisión por un delito contra el patrimonio artístico. Este suceso ocurrió el día 18 de diciembre, por la tarde, cuando el prior de la iglesia, Jaume Rovira, estaba a punto de celebrar una misa. El sacerdote contó que vio un gran tumulto en la iglesia y que se acercó para comprobar lo que ocurrió. Vio como el acusado, José María Sánchez Almendro, zarandeaba la escultura religiosa, lograba derribarla y acto seguido pisoteaba los trozos esparcidos por el suelo.

El acusado tiene una obsesión por destrozar imágenes religiosas. Ya fue condenado a dos años de prisión por romper dos piezas religiosas de la iglesia dels Caputxins, que no tienen tanto valor sentimental como el Sant Crist de la Sang. Antes de entrar en la sala de juicios el joven contó en los pasillos que «el Señor me lo pidió», aunque indicó que no sabía que el Sant Crist de la Sang era la imagen religiosa que contaba con más devotos en la ciudad de Palma. Ya delante de la juez Magdalena Morro el acusado reconoció los hechos, pero indicó que sólo «quería estar cerca de Dios para sentirme mejor. Había tomado drogas y aquella persona no era yo». Precisamente antes de que se presentara ante el juez el forense comunicó que el acusado es un politoxicómano, pero que ahora está controlado. Sin embargo, cuando consume se convierte en un psicótico y padece un trastorno de tipo místico, que le supone una atenuante.

Antonia Reig, la responsable del taller de restauración del Obispado, que se encarga de reparar la escultura, y que estaba citada ayer como testigo entregó a la juez el presupuesto económico que supondrá arreglar la imagen y detalló todos los daños que tenía.