En esta vivienda, situada cerca de la plaza de esta barriada,
reside una persona de origen sudamericano, que la alquiló a su
propietario. El inquilino le pidió permiso al dueño para realizar
unas obras de mejora y éste las autorizó. Estas obras se realizaban
en la parte interior de la vivienda, donde existe un trozo de
terreno donde, al parecer, el inquilino quería construir un pozo.
El martes por la tarde el morador comenzó a excavar tierra. Cuando
llevaba varias horas trabajando y había excavado unos 70
centímetros de profundidad se encontró con una gran sorpresa. En el
terreno había enterrado un esqueleto humano. El hombre dejó de
sacar tierra y de inmediato avisó a la policía. Una patrulla acudió
al lugar y comprobó la presencia de los huesos humanos, por lo que
pidió al Grupo de Homicidios que se hiciera cargo del caso.
Debido a que a la hora en la que se produzco el hallazgo ya
había oscurecido y en la casa no había la suficiente luz eléctrica,
los investigadores decidieron precintar el lugar y regresar a
primera hora de la mañana de ayer. Sobre las nueve se comunicó el
hallazgo al juzgado de guardia, que ayer era el de Instrucción
número 7 de Palma. Al lugar, además de los investigadores
policiales, acudió una comisión judicial. El forense comprobó el
esqueleto y el juez ordenó el levantamiento de los restos y su
traslado al instituto anatómico. Ahora se intenta conocer cuántos
años llevaba enterrado esa persona en el solar.
Aunque se trate de una muerte violenta si esa persona llevaba
más de 20 años enterrada el caso quedará archivado porque habría
prescrito. En cambio, si lleva menos de este tiempo se abriría un
sumario por homicidio y se investigarían las causas de la muerte.
Según las primeras impresiones de los expertos, se cree que esa
persona llevaba enterrada más de dos décadas.
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