Las familias de las dos mujeres asesinadas por la doctora perturbada denunciarán al hospital

Frente a las diferentes versiones que circulan sobre su estado de salud o sobre su comportamiento, desde el hospital aseguraron que en ninguna de las unidades donde había prestado servicio había surgido ningún problema. Noelia M.N, según estas fuentes, cogió una baja en agosto de 2002 «por enfermedad común», según el parte médico, pero no había estado de baja recientemente. La Fundación sostiene que el jefe de su unidad no había recibido quejas sobre su comportamiento y afirma que no había dejado de tratar a pacientes. Familiares de las dos mujeres fallecidas como consecuencia del ataque, la médico residente Leilah el Ouammari y la paciente Jacinta Gómez, anunciaron que iniciarán acciones judiciales contra el centro sanitario. El novio de la médico residente que resultó muerta, Fernando Alberca, reiteró en el Instituto Anatómico Forense que «emprenderá acciones» contra el centro sanitario, al que responsabiliza del suceso, por conocer la situación psicológica de la agresora. Alberca insistió en que lo sucedido «es incomprensible» y agregó: «vamos a tomar medidas, y máxime sabiendo que esta chica no podía ver pacientes desde hace dos días». Según él, la doctora hablaba sola y hacía como si escribía en el ordenador cuando estaba apagado. Un hijo de la otra fallecida, la paciente Jacinta Gómez, anunció que la familia se personará en la causa que se instruye para pedir responsabilidades tanto a la autora del crimen como al hospital.

Por último, el padre de Noelia N.M, aseguró ayer que su hija «era maravillosa, estupenda» y no entiende «por qué ha hecho esto». Juan M.A. Añadió que se encuentra «destrozado», pues Noelia «no ha hecho nunca una cosa fea, no se ha rebotado con nadie, era un cosa mandada del cielo».