A las cinco y diez de la mañana del 12 de abril de 2002 un avión
bimotor de carga SW3, con matrícula EC-GKR, se estrelló en el
aeropuerto de Son Sant Joan falleciendo sus dos ocupantes, César
Bores y Victor Roca. Pocas horas después la Comisión de
Investigación de Incidentes y Accidentes de Aviación Civil,
perteneciente al Ministerio de Fomento, comunicó oficialmente que
se había iniciado la correspondiente investigación para esclarecer
las causas del accidente.
Hoy, un año después, el mutismo oficial es absoluto y siguen sin
saberse las causas de lo que ocurrió aquella trágica mañana en Son
Sant Joan. Cuando desde este periódico hemos preguntado a
responsables de la citada comisión la respuesta ha sido siempre la
misma: «seguimos investigando»; y en ocasiones se ha añadido la
justificación de que «estos asuntos suelen ser complicados, mucho
más cuando hay personas fallecidas, y pueden tardar meses e incluso
años».
El avión era de la compañia de paquetería Tadair, que hacía el
trayecto Madrid-Palma, con el número de vuelo 306. El accidente
ocurrió cuando el aparato realizaba el último viraje para tomar
tierra en la pista de aterrizaje 24 izquierda del aeropuerto
palmesano.
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