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Antonio Vázquez Vázquez, un «histórico» de la delincuencia y considerado uno de los atracadores más peligrosos de España, ha sido detenido en la barriada palmesana de Son Cladera en una espectacular operación policial en la que participaron 20 guardias civiles armados y con chalecos antibala. El temido hampón, que disparó en 1991 contra un policía y protagonizó varias fugas, está acusado ahora de dos atracos a mano armada en la Platja de Muro y en Can Picafort y con él ha sido también arrestado su sobrino.

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Pollença tenía noticias de que el pasado día 20 dos individuos armados habían perpetrado dos atracos en aquella zona de la Isla. Los sujetos actuaron con una navaja y una pistola, que resultó ser simulada, y en uno de los casos asaltaron a una pareja sueca que paseaba tranquilamente por la playa. Durante el forcejeo se ensañaron con la mujer, que ofreció cierta resistencia y fue golpeada salvajemente. De resultas de esta paliza sufrió lesiones en la región frontal y fue asistida en el Hospital de Muro. Las otras víctimas fueron una señora y un niño, a los que también desvalijaron. En su huida utilizaron un coche y algunos testigos pudieron facilitar detalles sobre el modelo y los dígitos de la matrícula, lo que a la postre fue de vital importancia en la investigación.

El miércoles, una veintena de agentes de la Guardia Civil, ataviados con chalecos antibala y sus armas reglamentarias, rodearon una casa de la barriada de Son Cladera, donde se suponía que residía Vázquez Vázquez y su compañera sentimental. Los funcionarios adoptaron tantas precauciones porque sabían que el morador de la vivienda era extremadamente violento y peligroso y también tenían presente que en una intervención policial similar, en 1991, el atracador no dudó en disparar con una escopeta recortada contra los agentes que acudieron a detenerlo. En esta ocasión, afortunadamente, el ex convicto no se empleó con violencia y pudo ser reducido sin problemas, ante el alivio de los miembros de la Benemérita que ya se habían preparado para lo peor.