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Una llamada telefónica a las 12.40 horas de ayer a la centralita del 091 alertó de que una mujer estaba siendo agredida, junto a su hija, en un piso de una urbanización palmesana.

La comunicante era la propia víctima de los malos tratos, y antes de poder acabar su relato el agresor, supuestamente, le colgó el aparato. La policía, sin embargo, ya había anotado la dirección y tres dotaciones y dos motos, con ocho agentes en total, se desplazaron rápidamente hasta aquella barriada. La mujer, su hija y otro menor esperaban en la calle y los funcionarios policiales comprobaron, en primer lugar, cuál era su estado. A continuación subieron al piso y procedieron a llamar a la puerta de la casa donde había tenido lugar el incidente. Antes de que el hombre, de unos 50 años, pudiera reaccionar los agentes lo redujeron y le colocaron los grilletes.

En el exterior algunos vecinos se acercaron a ver qué ocurría, debido sobre todo al trasiego de dotaciones policiales. El sospechoso, cuya identidad no ha trascendido, fue introducido en un furgón del 091 y conducido a la Jefatura de la calle Ruiz de Alda, acusado de un delito de violencia doméstica en el ámbito familiar.

La mujer contó que su hija ya había sufrido los golpes del progenitor el día antes y esa misma mañana, aunque ni ella ni la menor presentaban lesiones de consideración, según se confirmó luego en un PAC próximo.