11/06/03 0:00
Antonio Navarro Muñoz, el minusválido que murió al ser arrojado por un acantilado de Eivissa, no falleció al instante, según confirmó ayer el hombre que se encontraba pescando en la zona y que fue el primero en encontrarle. Este testigo, que declaró ayer en el juicio que se sigue contra Francisco M.M., confirmó que primero escuchó algo que caía del precipicio, que era la silla de ruedas, y unos siete segundos después escuchó un segundo golpe, que se trataba del minusválido que se estampó contra el suelo. El testigo se acercó a la víctima y comprobó que aún respiraba. El minusválido murió después al desangrarse.
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