En aquella ocasión los agentes hablaron con él y le preguntaron
cuándo había sido la última vez que había visto al jubilado y en
qué circunstancias. A raíz de las últimas revelaciones los
investigadores de la Policía Judicial tuvieron un nuevo encuentro
con el ex vecino de Ses Salines (en la actualidad reside en Palma)
y detectaron contradicciones significativas. En un principio
pensaron que se trataba de problemas de memoria por el tiempo
transcurrido, pero les llamó la atención que quisiera implicar a un
familiar que al parecer tenía coartada.
Andreu Burguera Vidal tenía 70 años cuando el 21 de octubre de
1993 fue cosido a puñaladas en la calle Bonico de ses Salines. Las
intensas gestiones realizadas por entonces por la Benemérita no
pudieron esclarecer el caso, a pesar de que se practicaron
detenciones, y el crimen se archivó. Sin embargo, hace
aproximadamente cinco meses llegó a oídos de la Guardia Civil las
acusaciones que un hombre (el ahora detenido) realizaba contra un
familiar, al que relacionaba directamente con aquellos luctuosos
acontecimientos. Los funcionarios de la Policía Judicial, con un
hermetismo absoluto para no dar al traste con esta nueva línea de
investigación, se entrevistaron con el testigo y comprobaron que,
diez años atrás, ya había prestado declaración sobre el crimen. El
hombre y Andreu Burguera acudían con frecuencia al mismo bar de ses
Salines y se conocían bastante, aunque tampoco eran amigos.
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