La víctima, que tiene familia en Mallorca, llevaba varios años
ingresada en la residencia «Lini», ubicada en la calle Cala
Estancia número 6, junto a Can Pastilla. Su salud era delicada y
una empleada del centro explicó ayer a este periódico que «a veces
le entraban mareos y se ponía muy mal, suponemos que eso es lo que
le ha ocurrido».
En la residencia hay 18 internos, de distintas edades, y cinco
empleados. Ayer, a las 10.15 horas aproximadamente, Hilaria
consiguió entrar en el recinto de la piscina, a pesar de que está
vallado y la puerta de acceso casi siempre está cerrada: «No
sabemos cómo llegó hasta allí», añadió la trabajadora consultada.
Sea como fuere, lo cierto es que la sexagenaria llegó hasta la
piscina y luego cayó a su interior, sin que los empleados lo
advirtieran. «Cuando fuimos a socorrerla por desgracia ya era tarde
e Hilaria había muerto. Estamos todos muy afectados porque ha sido
una gran desgracia», contó.
La dirección del centro dio aviso a la policía y el personal de
una ambulancia del 061 intentó reanimar a la señora, que ya carecía
de constantes vitales. El Grupo de Homicidios de la Jefatura de
Palma se ha hecho cargo de las diligencias sobre el deceso y el
juzgado de guardia autorizó a las 11.30 horas el levantamiento del
cadáver, que fue trasladado al instituto anatómico forense, donde
hoy está previsto que se le realice la autopsia.
Los policías que llevan el caso se entrevistaron con el
responsable de la residencia y se interesaron por las medidas que
existen para garantizar la seguridad de los internos. La familia de
la fallecida también fue informada del desenlace fatal.
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