Gabriel Perelló sufrió cortes y contusiones al golpearse contra las rocas. Foto: MARTA BERTRÁN

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Una embarcación de nueve metros de eslora que en la mañana de ayer navegaba por aguas de Formentor, junto al islote ubicado delante del hotel, se hundió después de colisionar contra una rocas y sus tres ocupantes, de avanzada edad, tuvieron que ser rescatados por un helicóptero del SAR y Salvamento Marítimo.

A las 8.17 horas la mujer de uno de los tres tripulantes recibió la llamada de auxilio desde un teléfono móvil. Gabriel Perelló Seller, de 70 años, Bernat Gellussau, de 76, y José Fabeta, de 55, navegaban a bordo de la lancha «Sand-Juri» y de improviso toparon con unas rocas cerca de la superficie, que agujerearon el casco. El familiar que recibió la petición de auxilio contactó con el centro de emergencias del 112 y de inmediato se puso en marcha un gran dispositivo de ayuda en el que participaron efectivos del SAR, con un helicóptero; una embarcación de Salvamento Marítimo; una moto náutica; la Policía Local y la Guardia Civil. Los tres varones, que pretendían pasar una jornada de pesca en aguas de Formentor, pudieron llegar a nado hasta el islote próximo y uno de ellos, Gabriel Perelló, sufrió heridas en la cara y las piernas debido al oleaje.

Cuando los tres náufragos fueron descubiertos el helicóptero los rescató y los evacuó hasta la base aérea del Port de Pollença. Allí les esperaba una ambulancia que los examinó y comprobó su estado. José y Bernat estaban en buen estado, pero Gabriel fue enviado al Hospital de Alcúdia, donde ayer noche seguía ingresado fuera de peligro. Su familia, y en concreto su esposa, quisieron agradecer la celeridad con que actuaron los equipos de emergencia: «El SAR y Salvamento Marítimo se han portado de forma muy profesional y les estamos muy agradecidos», señaló.

La lancha en la que navegaban no llegó a zozobrar por completo porque los tripulantes, al comprender que la situación estaba perdida y se iban a pique, amarraron la cadena del ancla a unas rocas de la superficie y, de este modo, la embarcación sólo quedó hundida parcialmente. Horas después del naufragio los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) acudieron al punto del siniestro y descendieron para examinar los restos del barco. La Guardia Civil informó de que debido a la avanzada edad de los tres náufragos había sido «una gran suerte» que se encontraran cerca del islote y pudieran llegar a nado: «Si no, no sabemos qué hubiera ocurrido».