El techo de una fábrica de Consell quedó 'agujereado' tras la impresionante granizada. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ/UH-INCA
La noche había traído un aire fresco, de preludio, a Consell y ya entrada la madrugada se desató una tormenta con abundante aparato eléctrico. Los truenos atronaban con fuerza y los relámpagos, cada vez más continuos, iluminaban el cielo. «Una gran tormenta», pensaron aliviados muchos vecinos, tras un tórrido verano que se ha hecho eterno. Sin embargo, ignoraban que poco después, a las 5.45 horas, se iba a desatar la granizada más cruenta que se recuerda en la villa. El resultado: más de 300 coches afectados, centenares de tejados con destrozos y daños millonarios.

Durante los veinte minutos que el 'calabruix' agujereó el pueblo los vecinos apenas tuvieron tiempo de reaccionar: los pedruscos de hielo eran del tamaño de un puño, pesaban cerca de 200 gramos y eran capaz de herir gravemente a una persona. Por ese motivo, la mayoría de los 2.700 habitantes de Consell permanecieron a cubierto mientras duró el bombardeo y casi ninguno pudo conciliar el sueño: «Encontrar hoy a alguien que no haya pasado la noche en vela es un milagro», opinó Pep, uno de los afectados.

A las 5.45 horas, cuando lo peor hubo pasado, algunos residentes bajaron a la calle, preocupados por los efectos del temporal, y se encontraron hileras enteras de coches con las lunas destrozadas. Francisca Campins expresó que «nunca habíamos visto nada igual; fui a la calle y vi el coche de mi hija golpeado por todas partes», mientras que Sixto Lumbreras, otro lugareño, recordó que «parecía el fin del mundo, todo se venía abajo y los truenos eran tremendos».

Con las primeras luces del día la magnitud del desastre cobró otra dimensión. El alcalde, Antoni Amengual, recorrió el pueblo consternado, escuchando las historias que referían los particulares, casi todas iguales. Amengual habilitó una oficina en el ayuntamiento para que los damnificados pudieran presentar sus quejas y reciban, en un tiempo no especificado, la pertinente indemnización.