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Antonio R.M., el hombre que el pasado día 26 robó una ambulancia en el hospital de Son Llàtzer y después causó la muerte de un ciclista, ingresó ayer en prisión. Este hombre permanecía desde el día de los hechos ingresado en la unidad psiquiátrica de Son Dureta, ya que parecía que sus facultades mentales estaban alteradas. La comisión judicial que acudió al hospital a entrevistarse con esta persona decretó su libertad, debido a que los médicos diagnosticaron que el hombre sufría una enfermedad mental, y por tanto no se le podía imputar ningún delito. El hospital de Son Dureta comunicó hace varios días al juzgado que el estado del hombre había mejorado. El tratamiento había conseguido equilibrar al individuo y que no existía ningún motivo médico que justificara que siguiera ingresado. Ante esta situación, y sobre todo para evitar que el hombre pudiera salir en libertad, el juez Miquel Florit ordenó que la policía detuviera a Antonio R.M. y lo llevara a su presencia. El juez, en presencia del fiscal y del abogado de la compañía de seguros de la ambulancia, tomó ayer declaración a este hombre, que reconoció que había robado la ambulancia y que era consciente de que había causado la muerte de un hombre. El detenido se mostró muy incoherente cuando intentó explicar las razones por las que se dirigió hacia el aeropuerto, ya que contó que «un amigo me esperaba para llevarme de viaje». El fiscal Miguel Àngel Subirán solicitó al juez el ingreso en prisión por un delito de homicidio imprudente. El juez ordenó ayer que el médico forense haga un seguimiento del estado mental del detenido, ya que los facultativos que le han atendido han diagnosticado que es un alcohólico crónico, y se sospecha que ello derivó en un brote psicótico el día que se cometió el suceso.

Con respecto a la investigación que se practicó sobre el suceso la policía tomó declaración a una sanitaria, que afirmó que ella misma había advertido a los vigilantes de seguridad del hospital de Son LLàtzer que estuvieran atentos a Antonio R.M. porque existía el peligro de que pudiera escaparse. El hombre había sido arrestado en el aeropuerto. El médico comprobó que su estado mental estaba alterado y pidió a la policía que lo llevara al hospital. Fue trasladado a Son LLàtzer en una ambulancia, escoltada por la policía. Los agentes abandonaron el centro porque se les comunicó que su presencia podía alterar al individuo. La compañía de seguros se negará a pagar las indemnizaciones porque entiende que el personal del hospital cometió una negligencia al no controlar al individuo y permitir que huyera y robara una ambulancia.