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G. PICÓ/F. RAMOS
La escalada de violencia doméstica prosigue y ayer salieron a la luz seis nuevos casos, uno de ellos de extrema gravedad, por lo que el juez de guardia decretó el ingreso en prisión del supuesto agresor, un ciudadano colombiano de 31 años de edad cuya identidad es Roberto D.A.

La víctima, de nacionalidad colombiana, ingresó el pasado lunes en una clínica de Palma y presentaba numerosas heridas y cortes producidos por arma blanca y otras contusiones importantes que afectaban el cuero cabelludo, el rostro, nariz, ojos, cejas y maxilar inferior. Su pronóstico era grave y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. La mujer indicó que su ex compañero sentimental, quien tiene en vigor una orden judicial de alejamiento del domicilio, se había presentado en la vivienda y, tras abrir la puerta de una patada, empezó a darle puñetazos y patadas. Seguidamente le dio varias puñaladas en distintas partes del cuerpo.

Según la investigación realizada por la policía se ha podido saber que la víctima había puesto fin a la relación debido a los constantes malos tratos y agresiones sufridas. El detenido es un individuo sin trabajo, de carácter violento, que tiene problemas con el alcohol y cuando bebe se vuelve más agresivo. Después de agredir a su ex compañera impidió durante cuatro horas que ésta pudiera recibir asistencia médica. Finalmente, ante la gravedad de las lesiones, el individuo la trasladó a un centro médico y luego se marchó del lugar. El martes por la noche fue arrestado por la policía. Los agentes lo encontraron con la ropa llena de sangre y hallaron en un patio de luces el cuchillo con el que había agredido presuntamente a su ex compañera.

Este no fue el único caso que trató ayer el Juzgado de Instrucción número 7 de Palma, que se encontraba en funciones de guardia. Otras cuatro mujeres denunciaron a sus parejas por agredirlas o amenazarlas de muerte. Dos de ellas son también ecuatorianas, otra española y la cuarta subsahariana. Esta última aseguró que su compañero, durante una discusión, la había zarandeado y obligado a salir hasta el balcón y allí amenazó con matarla, llegando a sujetarla en el aire.