El policía, que tiene 25 años, permanece convaleciente y los
médicos tendrán que operarle la boca para poder reconstruirle los
seis dientes que perdió en la agresión. Ayer, Ramis se refirió a su
«buen estado físico», que le permitió soportar aquella lluvia de
golpes, y reiteró que su comportamiento pone de manifiesto «el
espíritu de sacrificio y la profesionalidad» del Cuerpo Nacional de
Policía. De hecho, el agente agredido se encontraba fuera de
servicio y, por ende, desarmado, pero no dudó en auxiliar al
muchacho que estaba siendo apaleado.
Los funcionarios del MIP-Oeste 1 continúan con la investigación
para tratar de detener a los cinco implicados que aún siguen
huidos. Además, un testigo de la brutal agresión al policía se
personó ayer en las dependencias de la Jefatura superior para
corroborar la versión del policía y asegurar que había presenciado
los hechos a poca distancia.
El joven policía, su novia, y una pareja de amigos salieron en
la madrugada del sábado a tomar unas copas por los bares del
Passeig Marítim de Palma. El funcionario, pasadas las 5.30 horas,
reparó en un tumulto que se había formado en la mediana, cerca del
bar «Made in Brasil». Al cruzar el carril y acercarse comprobó con
sus propios ojos que un grupo de ocho individuos, la mayoría
jóvenes, tenían rodeado a un muchacho, que estaba muy asustado y no
podía defenderse.
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