Un fragmento de la grúa, que tenía más de 15 metros de altura, cayó a las aguas del puerto. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ-GUILLEM PICÓ
Julián Juárez, gruísta, y Andrés Verd, mecánico, resultaron heridos leves ayer por la mañana al caer una grúa de grandes dimensiones sobre un buque de Iscomar, en el Moll Vell de Palma.

El barco «Benijófar» atracó a las 8.00 horas en el Port de Palma, cargado con contenedores y vehículos. Los operarios, entonces, comenzaron a descargar la bodega, con una estructura móvil tipo Portainers, de unos 15 metros de altura y con capacidad para mover 35 toneladas de peso. Una hora después, aproximadamente, sobrevino el accidente. La base cedió, se dobló y cayó con fuerza sobre la cubierta del buque, en medio de un gran estrépito. Un fragmento de la grúa, a su vez, cayó al mar, lo que provocó que Julián y Andrés se precipitaran también a las frías aguas del puerto.

Los segundos siguientes fueron de auténtica confusión y otro compañero, Alejandro Moreno, se arrojó al mar para auxiliar a los heridos. Milagrosamente, los tres trabajadores pudieron salir con lesiones de escasa consideración, aunque muy asustados por la certeza de que podrían haber perecido en el siniestro. Julián sufrió un esguince cervical e hipotermia; Andrés resultó con contusiones e hipotermia y Alejandro salió ileso.

Los primeros fueron evacuados por Ambulancias Insulares y el 061 hasta la clínica Juaneda, donde recibieron el alta médico tras un reconocimiento, y paralelamente se puso se desplegó en el Moll Vell un gran operativo de emergencia, formado por la Guardia Civil, bomberos y Autoridad Portuaria. Joan Verger, presidente de este organismo, y Fernando Villalobos, director del Instituto de Salud Laboral, visitaron el escenario del accidente y opinaron que, en principio, la causa del desplome fue un error mecánico, y no humano.