Hacia las 02.00 horas de la madrugada Manuel G.M., de 67 años,
disparó un tiro de escopeta a su esposa en la calle Méndez Cabezola
de Santa Cruz de La Palma y luego se desplazó unos 400 metros hacia
la plaza de San Fernando, al norte de la ciudad, donde prendió
fuego a un cinturón con explosivos que se había atado al
cuerpo.
La violencia de la explosión decapitó y desmembró el cuerpo del
hombre, cuyos restos fueron buscados por agentes de las policías
local y nacional, guardia civil y bomberos durante unas cuatro
horas. Al parecer, el presunto homicida también intentó asesinar al
hijo que convivía con ambos en el domicilio familiar, que padece
esquizofrenia y que pudo arrebatarle de las manos la escopeta.
Aparte de este hijo, que se encuentra ingresado en el Hospital
Nuestra Señora de las Nieves de la capital palmera, el matrimonio
tenía otros seis más, de los cuales cinco residen en Lanzarote y el
restante, en la península. Si bien en un principio se comentó que
el presunto homicida se dedicaba al oficio de cabuquero o encargado
de poner la dinamita en las galerías para extraer el agua, nuevas
informaciones apuntan a que se dedicaba a la limpieza de pozos
sépticos.
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