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Expertos antiterroristas del Cuerpo Nacional de Policía están reconstruyendo los pasos de Jamal Ahmidan, uno de los islamistas que se autoinmoló en la explosión de Leganés, durante su corta estancia del 4 de marzo en Palma y Eivissa.

El objetivo de los inspectores es conocer coin exactitud total los movimientos de «El Chino» en las islas, para saber con quién contactó y descartar, de paso, que no contara con otros fundamentalistas. En este sentido, las investigaciones apuntan a que Jamal se relacionó con uno o varios vendedores de droga, pero no con terroristas o células durmientes de la organización terrorista. De momento, la policía ha conseguido recabar una gran cantidad de datos y uno de ellos, uno de los más valiosos, es que «El Chino» cerró en Balears una operación de compra de un alijo de 30 kilos de hachís que permitió, con posterioridad, adquriri explosivos usados en la matanza de Madrid del 11-M.

Una llamadas telefónicas efectuadas desde un teléfono móvil han ayudado a la reconstrucción parcial de los movimientos del fundamentalista marroquí en las islas. Jamal viajó de Madrid a Eivissa, una semana antes de los atentados en la capital, y de ahí se desplazó hasta Son Sant Joan. En Palma, empero, pasó muy poco tiempo y regresó luego a Madrid. «El Chino» era el lugarteniente de Serhane Ben Abdelmajid, alias «El Tunecino», que era el jefe del comando autor de la matanza de los trenes.