De acuerdo con los datos facilitados desde el servicio sanitario
del 061, a las ocho de la mañana una ambulancia fue requerida para
acudir con prontitud hasta esa dirección, donde un hombre tenía
problemas y se había desmayado. Cuando Jaume Gomila, el médico;
Diego Montes, el enfermero, y un conductor que no ha sido
identificado subieron a la casa se encontraron a un varón de unos
32 años sin sentido, por una aparente intoxicación. Lo que no
sabían, en esos momentos, es que la caldera de butano de la
coladuría seguía emanando monóxido de carbono a consecuencia de una
mala combustión.
Así pues, los minutos siguientes fueron de gran confusión, ya
que todos ellos comenzaron a sentirse mal, incluido la mujer del
primer afectado y el hijo de ambos, de 20 años. Cuando llegó el
séptimo intoxicado, un policía local de Manacor llamado Antoni
Ordines, varios de los presentes se desmayaron y la situación se
descontroló por completo. LLegaron dos camiones de bomberos, con
media docena de efectivos provistos de equipos de oxígeno, y
también comparecieron otros policías de apoyo (incluso agentes de
la Unidad Territorial de Costas) y más ambulancias, que provocaron
la alarma y el lógico sobresalto entre el vecindario.
Los afectados, una vez en la calle, fueron recobrando el
conocimiento -los que lo habían perdido- y se comprobó que dos de
ellos, el dueño del piso y el conductor de la ambulancia, sufrían
un cuadro médico más severo, por lo que fueron trasladados hasta la
cámara hiperbárica de la clínica Juaneda, para recibir oxígeno
puro. El estado del hombre de 32 años era muy grave y en un
comunicado emitido por el Hospital de Manacor se informó de que
había sido encontrado, en el piso de Mossén Alcover, «en estado
crítico».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.