El detenido responde a las iniciales I.B, de 38 años y de
nacionalidad ucraniana; mientras que la mujer, Irina P., de 26 años
era rusa. Ambos llevaban viviendo de alquiler en el bloque número 5
de la calle Obispo Juan de Ureta algo más de un año y medio. Los
vecinos del edificio se mostraron sorprendidos y relataron que
sobre las 16.20 horas escucharon gritos de auxilio de la mujer, que
salió de su casa, en el primero B, y se refugió en la de enfrente,
gritando «mi niño, mi niño», según aseguró Maria del Carmen, que
vive en la misma planta.
En ese momento, los demás vecinos bajaron hasta la primera
planta y vieron al hombre de pie junto a la puerta de su casa con
el cuchillo en la mano, según aseguró el presidente de la
comunidad, Francisco Javier Gómez. Este afirmó que el bebé iba a
ser trasladado «prácticamente muerto» al hospital por otra vecina
del bloque, aunque se encontró con una patrulla de Policía;
mientras que señaló que la mujer salió «agonizando». Este vecino,
que fue quien llamó a la Policía, manifestó que llevaban algo más
de un año viviendo en alquiler en el bloque y que durante este
tiempo no escuchó peleas, además de que «no parecía un hombre
agresivo» y que no tuvieron problemas con él «sólo en verano ponía
la música alta hasta tarde».
Esto mismo aseguró Maria del Carmen, quien indicó que el hombre,
que según dijo, era pintor de coches, tenía un comportamiento
«normal» con el resto del vecindario. Además, añadió que la madre
de él, que reside en Málaga, vino de visita «sin saber lo que
ocurría». Ambos vecinos coincidieron en que el hombre mostró en
todo momento «un gran sarcasmo» y que «se reía» mientras que estaba
en su puerta e incluso cuando lo detuvo la policía. Otros vecinos
indicaron que sólo conocían a la pareja por vivir en la barriada y
que en ocasiones se peleaban.
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