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EUROPA PRESS-MÀLAGA
Un hombre de nacionalidad ucraniana fue detenido ayer tarde en su casa de la barriada malagueña de Las Flores por apuñalar con un cuchillo a su compañera sentimental, de 26 años, y a su hijo, de tan sólo ocho meses de edad. La agresión se produjo sobre las 16.30 horas y fuentes del Servicio de Emergencias del 061 indicaron que la víctima presentaba herida incisa en la espalda y varios cortes en los brazos y en las piernas. Los vecinos indicaron que la mujer tenía dos puñaladas y el bebé cuatro.

El detenido responde a las iniciales I.B, de 38 años y de nacionalidad ucraniana; mientras que la mujer, Irina P., de 26 años era rusa. Ambos llevaban viviendo de alquiler en el bloque número 5 de la calle Obispo Juan de Ureta algo más de un año y medio. Los vecinos del edificio se mostraron sorprendidos y relataron que sobre las 16.20 horas escucharon gritos de auxilio de la mujer, que salió de su casa, en el primero B, y se refugió en la de enfrente, gritando «mi niño, mi niño», según aseguró Maria del Carmen, que vive en la misma planta.

En ese momento, los demás vecinos bajaron hasta la primera planta y vieron al hombre de pie junto a la puerta de su casa con el cuchillo en la mano, según aseguró el presidente de la comunidad, Francisco Javier Gómez. Este afirmó que el bebé iba a ser trasladado «prácticamente muerto» al hospital por otra vecina del bloque, aunque se encontró con una patrulla de Policía; mientras que señaló que la mujer salió «agonizando». Este vecino, que fue quien llamó a la Policía, manifestó que llevaban algo más de un año viviendo en alquiler en el bloque y que durante este tiempo no escuchó peleas, además de que «no parecía un hombre agresivo» y que no tuvieron problemas con él «sólo en verano ponía la música alta hasta tarde».

Esto mismo aseguró Maria del Carmen, quien indicó que el hombre, que según dijo, era pintor de coches, tenía un comportamiento «normal» con el resto del vecindario. Además, añadió que la madre de él, que reside en Málaga, vino de visita «sin saber lo que ocurría». Ambos vecinos coincidieron en que el hombre mostró en todo momento «un gran sarcasmo» y que «se reía» mientras que estaba en su puerta e incluso cuando lo detuvo la policía. Otros vecinos indicaron que sólo conocían a la pareja por vivir en la barriada y que en ocasiones se peleaban.