«La moto de agua dio un giro mortal y quité el gas. Después oí un
ruido y, finalmente, un silencio espantoso». Así lo recordó ayer,
ante la juez, Ulrich Wilhem Auman, el capitán del catamarán con el
que chocó la jet sky en la que se divertían en aguas de Illetes,
entre Eivissa y Formentera, tres jóvenes invitadas por el
multimillonario y afamado playboy Thierry Roussel, ausente ayer en
el juicio.
Murieron las dos chicas que iban delante en la moto y la
tercera, E. W., una polaca que cuando se produjo el accidente -en
agosto de 2002- tenía 15 años, habló ante la magistrada del Juzgado
de lo Penal número 1 de Eivissa: «No íbamos rápido, porque a mí me
da miedo la velocidad. No vi el catamarán hasta después del
accidente en las fotografías de la prensa y no hicimos ninguna
maniobra brusca. Recuerdo que íbamos recto y que oí como una
explosión».
La acusación particular solicita para Auman una pena de tres
años de cárcel y una indemnización de un millón de euros para las
familias de las tres jóvenes. Este juicio, que comenzó ayer y que
continuará el día 24, ha levantado una gran expectación a causa de
algunos de sus protagonistas: Roussel, Auman -considerado en su
país como un magnate de la industria de los audífonos- y el
empresario español Fernando Fernández Tapias, conocido como Fefé,
que en el momento del accidente estaba en su yate en Illetes y está
citado como testigo, aunque ayer no compareció. Sí testificaron los
padres de las tres chicas.
Los de la conductora de la moto, Sylvia, de 20 años cuando murió
y natural de Chequia, se contradijeron cuando se les preguntó por
separado acerca de qué hacía su hija en Eivissa. El padre dijo que
tenía un contrato de modelo con una mujer francesa y la madre que
tan sólo estaba de vacaciones. Éste es otro de los aspectos que ha
levantado interés sobre este juicio: ¿quiénes son estas chicas tan
esbeltas y jóvenes y qué hacían en el yate deplayboy?
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