Manuel Ramos, el hombre que confesó haber asesinado en noviembre de
2002 a un jubilado en su domicilio de Pere garau, ha sido condenado
a 15 años de prisión. El juez dictó la sentencia después de que un
jurado popular considerara al acusado culpable de asesinato. El
magistrado consideró en su fallo que concurría una atenuante de
confesión, imponiendo así la condena mínima por asesinato.
La víctima y el acusado se conocieron unos meses antes de los
hechos en un banco del Parc de Ses Estacions, en Palma. Tras varios
días manteniendo conversaciones informales, el jubilado le propuso
un trato: nombrarle heredero de sus bienes a cambio de que Ramos le
cuidara cuando no pudiera hacerlo por sí mismo. Mientras tanto,
debería comprometerse a hacerle compañia los fines de semana y
comer con él. El acusado aceptó el trato y todo fue bien durante un
tiempo. Incluso, el jubilado le nombró heredero de tres de sus
pisos.
Sin embargo, el 24 de noviembre de 2002 ambos se dirigieron
hacia la casa de Monserrat, situada junto a la plaza de Pere Garau,
en Palma. Según explicó el acusado, Sebastián, que semanas antes le
había revelado su condición de homosexual, le hizo una insinuación
para mantener relaciones sexuales, a lo que éste se negó. El
jubilado le amenazó entonces con borrar su nombre del testamento y
denunciarlo a la policía, debido a sus numerosos antecedentes
delictivos.
Esta situación provocó una discusión entre ambos, hasta que el
acusado esgrimió un cuchillo de cocina y se lo clavó en la nuca a
la víctima. Esta cayó al suelo y Ramos le acuchilló cuatro veces
más en el cuello y las ingles. Aunque ninguna de las heridas era
mortal, el jubilado murió desangrado al no recibir asistencia
médica. La policía descubrió el cuerpo 20 días más tarde y el
asesino fue detenido.
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