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El próximo mes de junio se celebrará en Palma un juicio contra un cirujano por una supuesta negligencia médica, que supuso la necrosis y atrofia de un testículo para un menor de edad. Los hechos tuvieron lugar el 25 de febrero de 2001 cuando el menor, acompañado de su padre, acudió al servicio de urgencias de un centro sanitario, con un cuadro clínico de estreñimiento y dolor inguino-escrotal en el costado izquierdo.

En primera instancia, el joven fue atendido por una doctora en pediatría que le diagnóstico una torsión testicular. A continuación avisó al acusado, quien cubría el servicio de cirujano de urgencias. Según la acusación, tras una palpación el doctor descartó el primer diagnóstico y estableció que el paciente sufría una hernia congénita con hidrocele izquierdo, fijando la intervención quirúrgica para tres días más tarde. En los días de espera, el doctor prescribió varios medicamentos al joven y le recomendó reposo absoluto.

Al realizar la intervención, según la acusación, el acusado se dio cuenta de su error y halló que el joven padecía una torsión testicular. El doctor decidió mantener el testículo y ver su evolución, apreciando «una cierta mejoría con discreta recuperación». Sin embargo, su decisión supuso, varios días más tarde, la necrosis y atrofia del testículo, que podría suponer en el futuro su sustitución por una prótesis testicular.

El fiscal señala que el diagnóstico «no se corresponde plenamente con los síntomas que presentaba el menor, que no se tomaron medidas de cautela, ni controles de seguimiento». La acusación particular pide 2 años de prisión y una inhabilitación para el facultativo de 4 años, mientras que el fiscal rebaja su petición a un año de prisión y otro de inhabilitación. Ambas partes solicitan una indemnización de 650.000 euros.