Unos incidentes ocurridos ayer por la mañana han propiciado que el
Cuerpo Nacional de Policía adopte medidas para controlar las colas
de inmigrantes en la Jefatura Superior de Policía.
Un agente de la Unidad de Prevención (UPR) resultó ayer herido
por las agresiones sufridas por un inmigrante, que fue detenido.
Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana frente al
edificio de la Jefatura, en concreto en las colas que desde hace
días se forman para acceder a la tramitación de la tarjeta
Unificada de Extranjeros (TUE). Desde las cinco de la mañana
agentes de la UPR entran de servicio para controlar las colas.
Sobre las ocho de la mañana un inmigrante estaba discutiendo porque
decía que le tocaba estar más adelante. Intervino entonces un
agente de la UPR y le dijo que se calmara, que él y el resto de los
policías estaban allí para controlar la situación. El inmigrante
insistió en querer adelantar puestos y en un momento dado dio un
puñetazo en la cara al agente, y después un rodillazo en la
espalda. El herido fue trasladado a una clínica de Palma donde se
le detectó fractura en una ceja y una fisura en una costilla. Tras
ser asistido abandonó el centro médico. El policía también sufrió
la fractura de sus gafas de sol y del teléfono móvil. El presunto
agresor, por su parte, fue identificado como un ciudadano senegalés
que, 'curiosamente', posee ya la Tarjeta Unificada de Extranjeros.
También, durante la discusión otros seis inmigrantes apoyaron la
postura del senegalés y cuando se produjo la agresión al agente sus
compañeros intervinieron con las defensas reglamentarias. El
presunto agresor quedó ingresado en los calabozos y está previsto
que en las próximas horas sea presentado ante la autoridad
judicial. A nivel extraoficial, los policías tienen claros indicios
de la existencia de una 'mafia' que pretende controlar las colas.
Esto es, personas que tienen ya la tarjeta van cogiendo puestos
durante la madrugada, y horas después los venden a otros
inmigrantes. La problemática parte de que se han enviado cartas a
unos 9.000 inmigrantes, a los que se les comunica que tienen un
plazo de 10 días para legalizar la situación. A raíz de lo ocurrido
ayer se convocó una reunión en la Jefatura. Si no hay contraorden
hasta el próximo miércoles se respetarán los números que ya se han
dado, y a partir de este día los policías tendrán un libro de
citas, en el que se irán anotando las identidades de los
inmigrantes y se les citará a horas concretas.
Volviendo al incidente de ayer, una mujer inmigrante que estaba
por detrás en la cola, formuló después una denuncia contra los
policías que intervinieron con sus defensas. Al parecer, la mujer
pensó que los agentes querían quitar el sitio a un inmigrante, y se
presupone que no se apercibió de lo que en realidad había ocurrido.
En cualquier caso la denuncia se formuló en la misma Jefatura y se
le ha dado el cauce normal.
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