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EFE-NAVARRA
Cientos de vecinos de la localidad riojana de Calahorra acudieron ayer a la iglesia de los Santos Mártires para asistir al funeral de los dos agentes de la Guardia Civil de Tráfico asesinados en un tiroteo ocurrido este miércoles en las afueras de la población navarra de Castejón.

El funeral estuvo oficiado por el nuevo obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella y otros 16 sacerdotes, y al mismo acudió el ministro del Interior, José Antonio Alonso, que asistía por primera vez a las honras fúnebres de agentes desde su llegada al cargo, el pasado mes de abril.

Junto a él estaban el presidente de La Rioja, Pedro Sanz; el director de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche; el director general de Tráfico, Pere Navarro; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, Ignacio Espinosa y los delegados del Gobierno en La Rioja y Navarra, Jose Antonio Ulecia y Vicente Ripa, entre otras autoridades. El obispo leyó durante la homilía un telegrama remitido por el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, hasta hace pocos días administrador apostólico de la diócesis riojana, en el que expresaba su dolor por la muerte de Juan Antonio Palmero Benítez, de 29 años, y José Antonio Vidal Fernández, de 31.