Juan Martín Bautista, el dueño del taller Auto Xapa de Pollença,
confesó ayer ante el jurado que fue él quien acabó en junio de 2002
con la vida del alemán Christian Leitch, tras una pelea que
finalizó con un disparo. «Estaba de pie y me agarraba por el
cuello, exigiéndome que le devolviera las llaves del coche y
entonces tuve la idea de defender mi vida con una pistola (...) Lo
siento muchísimo», indicó.
De este modo, el juicio con jurado popular que se debía celebrar
ayer en la Audiencia Provincial concluyó en la misma mañana de su
inicio. Ya a primera hora, y mientras se estaba procediendo a la
elección de los miembros del jurado, se vieron por los pasillos de
la Audiencia algunas «carreras» de los letrados de acusación y
defensa intentando llegar a un acuerdo.
Finalmente, al inicio de la vista las partes indicaron que
habían llegado a una conformidad, lograda después de que los tres
acusados se mostraran dispuestos a confesar su participación. Así,
Bautista reconoció la existencia de un forcejeo y el posterior
disparo. También indicó que no tenía licencia de armas, por lo que
será condenado a 10 años de cárcel por homicidio y a uno más por
tenencia ilícita, rebajando así la petición inicial de 18 años y
medio de cárcel. El segundo implicado, Reiner E., deberá cumplir
dos años de prisión por tenencia ilícita de armas. Éste confesó que
fue él quien le prestó la pistola a Bautista y que la recibió de
manos del tercer implicado, Michael M., quien cumplirá un año de
prisión por el mismo delito. Además, Juan Martín Bautista deberá
indemnizar a los familiares del fallecido con 90.000 euros.
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