Un Ford Escort de color blanco, conducido por un joven, derribó de madrugada la pared del jardín. Foto: M.OBRADOR/A.SEPÚLVEDA

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La calle Camí de Génova, a la altura de la rotonda de acceso a la vía de cintura, tiene mucho peligro. Y si no que se lo digan a los vecinos, que están indignados porque cada semana algún coche pierde el control y se estrella contra otros vehículos aparcados o, en el peor de los casos, contra las casas adosadas.

Ayer de madrugada, a eso de las cuatro, Margarita Obrador y su marido, que residen en el número 69, tuvieron un brusco y traumático despertar: «Fue como un estruendo, pensamos que se había caído el cuarto de las niñas y nos llevamos un susto de muerte. Al asomarnos vimos que era un coche que había tirado la pared y la verja del jardín». Margarita no quiere ni pensar qué habría pasado si el accidente ocurre por la tarde, cuando sus hijas de corta edad juegan junto a la entrada de la casa.

El 'visitante' inesperado era un Ford Escort de color blanco, conducido por un joven que resultó ileso. Según parece, el turismo pasó la rotonda a una velocidad demasiado elevada y a la altura del número 69 del Camí de Génova perdió el control y salió propulsado contra la planta baja. Dos motoristas del Cuerpo Nacional de Policía y un furgón de la Policía Local de Palma se desplazaron hasta sa Teulera, muy cerca de Son Dureta, y realizaron el correspondiente atestado por el incidente. «Vinieron, rellenaron el parte y luego se marcharon. Nosotros, los vecinos, queremos que nos den soluciones, porque no es normal que cada dos por tres tengamos un sobresalto», opinó la vecina afectada. Hace algunos meses, tal y como ya informamos en las páginas de este periódico, un Ford Focus tuvo un accidente idéntico al de ayer, aunque en esa ocasión entró en el jardín de la casa vecina.