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Los padres de Sergio, un joven que el 7 de agosto de 1999 fue hallado sin vida en la celda que ocupaba, en la cárcel de Palma, se personaron ayer por la mañana en el cementerio de Capdepera, donde estaba enterrado el cadáver. Los padres, residentes en Huelva, se trasladaron a la Isla con el objeto de que, al haberse cumplido cinco años desde el entierro, poder llevarse los restos a la provincia andaluza. Se procedió a la apertura del ataúd y entonces el padre aseguró que entre los restos mortales se apreciaba que había varias costillas fracturadas, de donde dedujo que su hijo había sido golpeado antes de morir. Poco después los familiares formularon una denuncia en un juzgado de Manacor.

El joven fue detenido días antes de su muerte por policías locales de Capdepera. Era sospechoso de haber violado a una turista a la que se amenazó con el cristal de una botella. El joven ingresó en la cárcel de Palma y el citado día apareció ahorcado. Los forenses le practicaron la autopsia, donde no se reflejaba la intervención de una mano criminal. La autoridad judicial debe decidir si se hace algún tipo de diligencia al respecto, primero para confirmar que hay fractura de costillas, y en caso positivo delimitar si se produjo antes o después del óbito.