Imagen de la entrada de la finca de Llucmajor, donde se produjo el ataque de los dos perros a Rosana Mercadal. Foto: A. SEPÚLVEDA

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«Cuando escuché los gritos pensé que la niña estaba jugando en la piscina» relató ayer uno de los vecinos de la finca de Llucmajor en la que vivían los tíos de la pequeña Rosana Mercadal Ramírez, la niña de cuatro años que falleció el viernes tras ser atacada por dos perros.

Los únicos vecinos de la niña, un matrimonio de Tarragona que lleva viviendo algunos años en la finca, relataron que ayer por la mañana escucharon unos «gritos fuertes» alrededor de las 10.30 que, según supusieron, correspondían a la niña y a los que luego se sumaron otros, probablemente de la tía de la menor.

En esos instantes, sus propios seis perros, tres pequeños «raters» y tres pastores mallorquines, comenzaron a aullar.

Al cabo de cinco minutos, vieron pasar de modo veloz el coche rojo del tío de la pequeña en dirección al pueblo, que poco después regresó al domicilio. Según supieron más tarde, la mujer paró un vehículo y pidió auxilio a su conductor. Éste cogió el coche y condujo hasta el pueblo en busca de ayuda. En los siguientes minutos fueron llegando ambulancias, Policía Local, Guardia Civil y el coche de la perrera.

Según el testimonio de los vecinos, los canes no aparentaban ningún peligro, ya que «casi nunca ladraban y sólo se asomaban tímidamente cuando pasábamos». Por este motivo, los vecinos recuerdan que los perros «circulaban libremente por el jardín».

También indicaron que la finca había sido adquirida hacía menos de un mes por los actuales inquilinos, que la compraron a una familia británica que había permanecido más de cinco años viviendo en el lugar. Durante las primeras horas tras el suceso, mucha gente del pueblo llegó a pensar que la fallecida era la hija de uno de los ingleses.

De hecho, la sorpresa era la nota predominante en Llucmajor, un pueblo en el que los tíos y la pequeña no eran conocidos. En bares, kioscos y panaderías todo el mundo expresó ayer su consternación y su incredulidad ante lo sucedido, aunque nadie conocía a sus nuevos vecinos.

Mientras tanto la finca permanecía ayer cerrada y vacía, ya que los tíos de la pequeña se han trasladado a un nuevo domicilio tras el suceso. El cadáver de la menor fue trasladada al Instituto Anatómico Forense, donde mañana se le realizará la autopsia.