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Tres de los 52 heridos en el accidente de tráfico en una autopista del suroeste de Francia, que mató a ocho personas y en el que estuvieron implicados un autocar español, una furgoneta y otros tres coches, seguían ayer noche en estado crítico.

Los médicos no se podrán pronunciar sobre su pronóstico vital hasta dentro de 24 a 48 horas, a causa de problemas de reanimación, informó un responsable de urgencias de Burdeos, Philippe Dabadie.

«Todo apunta» a que no hay españoles entre las víctimas mortales, si bien todavía no hay una confirmación «definitiva», declaró el cónsul español en Burdeos, José Gabriel Núñez.

Tres ciudadanos españoles, entre ellos los dos chóferes del autocar, resultaron heridos, aunque fuera de peligro, agregó el cónsul, que los visitó en el hospital. Indicó que entre los otros heridos hay uno del que no se ha confirmado su identidad y que iba a acudir anoche al hospital, con la finalidad de verificarla.

Casi todos los viajeros a bordo del autocar, que había salido de Braga, al norte de Portugal, y se dirigía a París, eran portugueses. Según datos comunicados al Consulado español de Burdeos, había 47 portugueses en el vehículo. Un español había subido en Portugal, y los dos conductores eran también españoles.

Hasta ahora, dos de los fallecidos -una mujer portuguesa y el conductor marroquí de la furgoneta- han sido identificados, yas autoridades esperan que las otras seis víctimas mortales -cinco mujeres y un muchacho de 14 años-, lo sean también en las próximas horas. Pero se da por sentado que todos los fallecidos, salvo el conductor marroquí, son portugueses. Según se informó en Lisboa, el primer ministro luso, Pedro Santana Lopes, lamentó la muerte de los siete portugueses y transmitió su solidaridad a los familiares.

El accidente ocurrió después de las cuatro de la madrugada en la autopista A63, en el sentido Bayona-Burdeos. La investigación está en curso, pero las sospechas se centran en la furgoneta, que iba sobrecargada y que llevaba una pesada carga en la baca.