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Un hombre fue juzgado ayer en Palma por pedir a su amante 90.000 euros en préstamos bancarios que nunca le llegó a devolver. Todo comenzó en el año 1995. Miguel R.J. trabajaba en una sucursal bancaria de Palma donde conoció a su amante, M.M., quien también se incorporó como empleada del banco. Al cabo de unos meses iniciaron una relación sentimental estable, a pesar de que el hombre continuaba casado.

Al año siguiente Miguel R.J. le comentó que necesitaba dinero para pagar una operación de corazón a la que se debía someter su padre y le pidió un préstamo por 36.000 euros, al que siguieron otros dos hasta alcanzar un valor total de 90.000 euros. El acusado tenía por entonces problemas económicos, ya que tenía contraída una deuda de unos 84.000 euros por la hipoteca de una finca en Santa Eugènia, extremo que su amante ignoraba.

En 1999, la mujer comenzó a recibir reclamaciones y notificaciones de embargo, por lo que el acusado accedió a firmarle un cheque por parte del valor de la deuda aunque le pidió que no lo cobrase, asegurando que le pagaría el dinero mediante una transferencia bancaria, que le notificó por fax. Tras una investigación, la mujer descubrió que el cheque era falso y que las transferencias no se habían llevado a cabo. El fiscal pide un año de prisión por falsedad, mientras que la acusación particular solicita cuatro años por falsedad y estafa.