Faltaban pocos minutos para las cuatro de la tarde cuando una
llamada telefónica de un vecino de Son Rapinya alertó de que un
fuego se había declarado en una zona de pinar próxima a Son
Muntaner, cerca de casas habitadas.
Los bomberos de Palma se desplazaron hasta esa dirección,
acompañados de la Policía Local, y cuando estaban a punto de llegar
descubrieron que se había iniciado un segundo fuego, a un kilómetro
de distancia del primero. Ante la sospecha de que se tratara de un
pirómano, y para que la situación no se les fuera de las manos, los
funcionarios pidieron refuerzos y las brigadas del Ibanat
(Instituto Balear de la Naturaleza), un helicóptero y un avión se
sumaron a las tareas de extinción. El calor era intenso y en los
pinares había rastrojos muy secos, por lo que las llamas se
extendieron con gran rapidez. Un foco quedó ubicado cerca de la
calle Mariano Carbonero, a pocos metros de las casas de Son
Muntaner, y el otro en un pinar del Camí dels Reis, próximo a los
colegios Madre Alberta y La Salle. Testimonios de los vecinos
permitieron concretar que se habían iniciado con cinco minutos de
diferencia, a una distancia de unos 500 metros uno del otro. Los
técnicos del Ibanat expertos en investigar el origen de los
incendios estudiaron los dos siniestros, que casi con toda
seguridad fueron provocados por la misma persona, y la Policía
Local dio una batida por los alrededores en busca de sospechosos,
aunque la búsqueda fue infructuosa.
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