A las cuatro y media de la madrugada, aproximadamente, un conductor
se puso en contacto telefónico con el servicio de emergencias del
112 para informar de un accidente grave en el kilómetro 6-800 de la
carretera que enlaza Bunyola con Santa Maria.
Los sanitarios atendieron rápidamente a la única ocupante del
vehículo, pero todos los esfuerzos fueron inútiles porque ya había
fallecido. Fue necesaria la intervención de los bomberos para sacar
el cuerpo de entre el amasijo de hierros, ya que el habitáculo
había quedado completamente deformado.
Se trata de un tramo recto cerca del complejo Festival Park,
aunque en el término de Bunyola, y en el primer aviso se aseguró
que había varios vehículos implicados. Bomberos del parque de
Palma, agentes del subsector de Tráfico de la Guardia Civil y una
ambulancia del 061 se desplazaron hasta el punto del siniestro y,
en efecto, localizaron a un Citroën C-3, con placas de matrícula
6445-CMF, que estaba volcado entre la cuneta y la carretera.
La Benemérita no encontró ni rastro de otros posibles coches
implicados, por lo que llegó a la conclusión de que la conductora
del C-3 se salió sola de la carretera, quizás al quedarse dormida,
y luego volcó en repetidas ocasiones hasta pararse en la cuneta.
Una dotación de Grúas Simonet trasladó el turismo a un desguace de
s'Arenal, ya que quedó en estado de siniestro total. Hasta la tarde
no fue posible la identificación del cadáver y fue precisamente
María Cabot, la alcalde de Bunyola, quién reconoció el cuerpo en el
instituto anatómico forense de Palma, a eso de las 18.30 horas. La
primera edil conocía personalmente a la joven nacida en Argentina y
ante la imposibilidad de que fuera la madre de la víctima quién se
desplazara al tanatorio lo hizo ella.
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