Hamid Guezzar, a la izquierda, tras el juicio en el que fue condenado a tres años de cárcel por narcotráfico.

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Hamid Guezzar, el hombre acusado de asesinar a María Isabel Ferrer en Puntiró en febrero de este año, deberá responder ante la Justicia por un segundo delito de narcotráfico, después de que el pasado 14 de julio ya fuese condenado a tres años de prisión por el mismo motivo. En esa ocasión, Guezzar y otros dos súbditos marroquíes fueron detenidos por la Guardia Civil cuando se dirigían en taxi a una discoteca de Magaluf en la que se iba a celebrar una fiesta «after». Tras un registro, la Guardia Civil les intervino 74 comprimidos de éxtasis, que pretendían vender en el local.

En una nueva causa, el presunto asesino está acusado de abastecer de éxtasis a una banda organizada que vendía drogas en locales de ambiente juvenil de Palma, principalmente en la zona de Gomila, a través de una amplia red de vendedores. De hecho, además del propio Guezzar, el juez ha procesado a otros diez acusados que, según se indica en el auto, habían logrado crear una infraestructura «en perfecto orden de suministro», teniendo «total control» de la venta de drogas en la zona.

La policía empezó a tener indicios de la actividad delictiva de Guezzar tras poner en marcha un dispositivo de vigilancia sobre el principal de los acusados, Abdelkhalak M., conocido como «Abdul». Así, el 12 de diciembre de 2003 «Abdul» y Guezzar, conocido a su vez como «Jaime», se encontraron en un bar de la calle Aragón de Palma. Después de mantener una corta entrevista, Guezzar acudió a su domicilio y regresó con un envoltorio de medianas dimensiones que cambió, según los agentes, por un fajo de billetes, marchándose a continuación del lugar precipitadamente. Tres días más tarde, «Abdul» y «Jaime» repitieron la operación.