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AGENCIAS-TOKIO
Una mujer japonesa de 39 años falleció ayer en una dramática operación de salvamento, tras haber sido encontrada viva con sus dos hijos pequeños dentro de un automóvil enterrado bajo las piedras y el lodo, cuatro días después del mortífero terremoto que devastó el centro de Japón en la prefectura de Niigata.

La mujer y sus dos hijos pequeños fueron encontrados con vida después de una intensa operación de rescate que implicó a diez socorristas. Éstos lograron cavar un hueco entre las piedras para llegar a la familia atrapada en el vehículo, justo en el momento en que una fuerte réplica hizo temblar la tierra en la región de Nagaoka, una de las más afectadas.

Los socorristas, especialmente entrenados y enviados desde Tokio, confirmaron que los tres estaban con vida, pero que la madre Takako Minagawa, y la hija Mayu, de tres años, necesitaban de auxilios médicos. En el caso de la pequeña, había quedado atrapada entre los restos del coche y una grieta, mientras que la madre, con heridas graves, pudo ser rescatada aunque falleció a su llegada al hospital. Por su parte, el hijo de la víctima, Yuta, de dos años de edad, fue evacuado en helicóptero y hospitalizado a última hora de la tarde.

Las operaciones de salvamento continuaron durante la noche para tratar de sacar a la niña a la superficie, en una operación que fue retransmitida en directo por televisión japonesa durante más de cinco horas. El terremoto del pasado sábado, de 6,8 grados en la escala de Richter, dejó 31 muertos y más de 2.500 heridos, según el último balance policial.