Una comisión de investigación del metro de Barcelona, con expertos
independientes del Colegio de Ingenieros, investiga por qué un tren
de la línea 3 fue desviado el domingo de la vía general hacia una
secundaria donde chocó con otro, con el resultado de unos cincuenta
heridos, entre ellos el conductor en estado grave. El presidente de
Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Xavier Casas,
compareció ayer para explicar el accidente y las primeras medidas
adoptadas.
El accidente ocurrió a las 13.26 horas cuando un convoy, que
salía de la estación de Penitents salió en dirección a la de Vall
d'Hebron. El tren partió con el semáforo en rojo al contar con la
autorización del centro de control de La Sagrera que, previamente,
había comprobado que no había ningún otro convoy en la vía y que
las agujas estaban en posición correcta, un procedimiento que según
los responsables de TMB es «habitual».
Unos trescientos metros después, y cuando circulaba a una
velocidad de unos 50 kilómetros por hora, el tren, en el que
viajaban unas ochenta personas, fue desviado hacia una vía
secundaria y chocó contra otro que estaba parado porque así lo
permitió la aguja de cambios. La comisión creada por TMB deberá
determinar por qué la aguja estaba en una posición incorrecta, si
fue un fallo humano o si los indicadores del centro de control no
funcionaron.
Por otra parte, el conductor se recupera de la operación a la
que fue sometido en el hospital Vall d'Hebron a causa de una
fractura en la tibia y en la rodilla y su estado es grave, aunque
estable.
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