Los cuatro acusados permanecen sentados antes de comenzar a declarar en la Audiencia Provincial de Palma. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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El juicio contra los cuatro acusados de participar en el asesinato de la funcionaria del Govern Maria Antònia Colom en noviembre de 2002 vivió ayer una turbulenta jornada con declaraciones contradictorias de tres de los acusados, tras la declaración el lunes de Patricio Arturo G.V., quien ya se ha declarado culpable. Una vez reconocida la autoría del homicidio, el principal interés del juicio radica en comprobar hasta qué punto participaron el resto de los acusados, y en especial Olivia C.J., para quien el fiscal pide 18 años y medio de prisión.

Así, tanto Francisco Javier C.C. como María Encarnación H.S. la implicaron como instigadora del homicidio, manteniendo declaraciones contradictorias con las que ya ofrecieron en su día ante la policía o ante el juez.

Sin embargo, la declaración más concluyente fue la realizada por Harbey Paul V.P., un ciudadano colombiano que en su día estuvo detenido como presunto coautor del crimen. Harbey explicó ayer que mantuvo una entrevista el mismo día del homicidio con Patricio y Olivia. Al principio, Patricio le ofreció contratarle como «sicario» para acabar con la vida de Maria Antònia, y luego Olivia se sumó a la petición. «Me dijeron que me iban a pagar, como si fuera un contrato, y que querían eliminarla porque habían robado unas joyas y si ella les denunciaba irían a la cárcel y perderían a sus hijos». Harbey finalmente no aceptó el trato y oyó cómo Patricio le dijo a Olivia: «calla, calla, será de otra manera», en supuesta referencia al modo en que querían llevar a cabo el crimen de Maria Antònia.

El jurado le preguntó qué sentiría en caso de que Olivia, con la que llegó a tener una relación de amistad, fuese a la cárcel, a lo que Harbey respondió: «cada quien tiene lo que se merece».

Otro testimonio que implicó a Olivia en el asesinato fue el de María Encarnación H.S., para la que piden dos años de cárcel por encubrimiento. Esta acusada cayó en varias contradicciones. Al principio indicó que en 2002 declaró ante el juez bajo las amenazas de muerte de Harbey. Sin embargo, luego aseguró que fue Olivia quien le conminó a decir que no sabía nada del asesinato de Maria Antònia, y que la propia Olivia le llegó a confesar: «yo he sido la boca, porque yo dije que mataran a Maria Antònia», una declaración que la implicaría claramente en la inducción del homicidio.