El chalet, de dos alturas, está ubicado en el número 39 de la
Avenida Manresa, en Alcúdia, cerca del Mal Pas. A eso de las cinco
y media de la madrugada saltó la señal de alarma y al poco tiempo,
según constataron los vecinos, se inició un incendio en el
interior.
Hasta aquella dirección se desplazaron los bomberos del parque
de Can Picafort, la Policía Local de Alcúdia y la Guardia Civil,
que confirmó que una de las entradas había sido forzada y que había
dos focos de fuego, prueba evidente de que las llamas habían sido
intencionadas.
El caso pasó entonces a la Policía Judicial de la Benemérita,
que esperó a que finalizaran las tareas de extinción para poder
examinar la vivienda en busca de huellas o indicios. Durante una
hora los bomberos arrojaron agua y ventilaron la casa, porque se
había acumulado una gran cantidad de humo. Cuando los funcionarios
pudieron entrar confirmaron que los daños materiales eran
cuantiosos y descartaron que hubiera alguien en el interior. De
hecho, el chalet es propiedad de un hombre inglés y una mujer
gallega, que se encuentran de viaje. De las averiguaciones
realizadas por la Guardia Civil se comprobó que el matrimonio pasa
largas temporadas fuera de la Isla y que un jardinero se encarga de
cuidar los jardines y la piscina. Precisamente, horas después los
agentes se entrevistaron con el trabajador para saber si había
visto a alguien sospechoso en los últimos días. Ya por la mañana,
con la luz del día, la casa fue registrada de forma exhaustiva y
cuando los investigadores acabaron con su trabajo unos obreros
comenzaron a reparar los desperfectos. Sobre el origen del
siniestro no se conocen de momento muchos detalles. Una de las
principales hipótesis apunta a que los ladrones incendiaron la casa
en represalia porque no habían encontrado nada de valor o dinero en
el interior. Otra posibilidad, empero, es que los delincuentes
descubrieran que había saltado la alarma y decidieron borrar las
huellas de las forma más brutal, es decir, incendiando el chalet
antes de huir. Ayer al mediodía la apariencia de la casa era normal
desde el exterior, aunque dentro los daños eran considerables. La
Guardia Civil buscó a los propietarios para comunicarle lo ocurrido
y ponerles al corriente del estado de la investigación.
Desde la Comandancia de Palma se informó que de momento no se
han practicado detenciones y que se ha tomado declaración a vecinos
para averiguar si alguien vio de madrugada un vehículo sospechoso
aparcado en las inmediaciones del número 39 de la Avenida
Manresa.
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