Una banda comete doce robos y un «alunizaje» en una noche en es Llevant

Pasada la medianoche Juan C.C., Francisco Javier G.M., alias «Lechugín», y un tercer compinche, apodado «El Bebeto», comenzaron la carrera delictiva. Se apoderaron de un Opel Kadett de color blanco que estaba estacionado en Felanitx y cometieron, supuestamente, cinco robos en locales de la localidad. De ahí se desplazaron hasta Manacor, donde siguieron buscando objetivos fáciles. La siguiente víctima fue el «Bar Garito» y cuando su dueño descubrió el robo lo intentaron atropellar, aunque por fortuna no resultó herido. La madrugada avanzaba, pero los tres presuntos hampones no habían quedado satisfechos. En la carretera de Porto Cristo a Manacor, en la recta de Santa Sirga, estrellaron el Opel contra una gasolinera. El «alunizaje» provocó cuantiosos daños en la estación y también en el vehículo. Los ladrones entraron en el negocio y lo registraron, en busca de dinero en efectivo. Luego continuaron con su carrera frenética. Condujeron hasta Porto Cristo, donde asaltaron el bar «Can Guti». Sustrajeron cajas de licores y reventaron máquinas, para quedarse con la recaudación en monedas. El siguiente golpe, el enésimo, se cometió en la cafetería «Ses Comes». Las 'tragaperras' fueron violentadas y saqueadas y la banda, siempre a bordo del coche robado en Felanitx, continuó en dirección al cruce de Cales con Felanitx. La gasolinera «El Bosque» fue el escenario del nuevo asalto. Cala d'Or fue la última parada de la banda, antes de regresar a su casa de Porto Cristo. Entraron por la fuerza en un local, al parecer un bar, y con el Opel cargado de efectos sustraídos decidieron dar por concluida su particular noche de desenfreno. Lo que no sabían es que la Unidad Territorial de Costas (UTC), uno de los Cuerpos policiales de mayor efectividad en Mallorca, y la Guardia Civil habían empezado la cacería. Los controles montados por la Benemérita en distintas carreteras no fueron efectivos, pero a las 6.30 horas Juan, «Lechugín» y «El Bebeto» fueron detectados por la UTC en la calle Carabella, donde uno de ellos había alquilado una planta baja hacía un mes. Los fugitivos estaban descargando el material sustraído y cuando divisaron a los policías pusieron pies en polvorosa. Los dos primeros fueron interceptados tras una peligrosa persecución por los tejados de algunas casas, lo que causó la lógica alarma entre los vecinos aún somnolientes. El tercero eludió el cerco policial, pero su detención es cuestión de días. En la casa y el coche se hallaron 12 botellas de whisky, una caja de licor, 20 cartones de tabaco, dos cajetines de cabinas telefónicas, una caja de bebidas, chocolatinas, dos herramientas 'patas de cabra', cuatro cajas de cambio, y la recaudación en monedas de muchas máquinas 'tragaperras'. El botín de una noche de vértigo.