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La bacanal alcohólica de Nochevieja se tradujo ayer en una avalancha de ciudadanos en estado etílico en Mallorca, la mayoría de ellos jóvenes. Los servicios sanitarios del 061 atendieron unas 250 incidencias en Mallorca y un 65 por ciento estuvieron relacionadas con la ingesta masiva de alcohol. De hecho, más de un centenar de personas precisaron asistencia facultativa, ya que estaban completamente beodos y no reaccionaban.

«Normalmente por Nochevieja se bebe mucho, pero lo de este año ha sido preocupante», manifestó ayer por la mañana un portavoz de los servicios médicos isleños, que añadió que «afortunadamente la mayoría de los casos etílicos tratados se recuperaron al poco tiempo». Lo más llamativo (y también previsible) fue que una gran parte de los intoxicados eran adolescentes y jóvenes. Algunos casos fueron especialmente duros, como el de varios muchachos que quedaron inconscientes en el suelo, muy cerca de discotecas palmesanas. Habían estado toda la noche mezclando bebidas alcohólicas y «chupitos» y algunos tuvieron que ser atendidos en Son Dureta, casi en coma. El alcohol también fue el protagonista en otros incidentes de la noche de fin de año, como fueron las peleas o trifulcas. «Hemos intervenido en muchas riñas entre jóvenes y no tan jóvenes, y en casi todas las actuaciones los implicados iban bebidos», reconoció un mando de la Policía Local de Palma, que recordó que en algunas personas la euforia que provoca ir ebrio se manifiesta también en estados agresivos o violentos.

Los bomberos tampoco tuvieron una noche tranquila, como era de esperar. «No hubo ningún incendio muy grave, por fortuna. Sin embargo, se incendiaron muchos contenedores y papeleras, y también los cohetes y petardos lanzados causaron algunos conatos de fuego», manifestó un portavoz del parque de bomberos de Son Castelló, en Palma. En la zona de Manacor un menor sufrió amputaciones en una mano a causa de un petardo que le estalló de lleno. La parte más positiva de la noche de desenfreno fue que, por primera vez en muchos años, descendieron los accidentes de tráfico y el número de alcoholemias no fue tan elevado.