Las autoridades, las instituciones y los ciudadanos, en general,
de los países europeos secundaron la convocatoria, una iniciativa
de la presidencia luxemburguesa de turno de la Unión Europea (UE) y
de la Comisión Europea. Paralelamente, los gobiernos europeos
anunciaron el envío de todo tipo de ayuda a los paises afectados.
En Balears las instituciones y organismos públicos se sumaron a los
tres minutos de silencio. En Francia, el homenaje a las víctimas lo
encabezó el presidente Jacques Chirac en el Elíseo.
En Alemania muchos trenes interrumpieron su recorrido, así como
los tranvías y autobuses de Berlín, y en las estaciones alemanas se
convocó al silencio a través de los altavoces. En Italia, las
banderas de todos los edificios oficiales ondearon a media asta en
señal y los organismos públicos guardaron tres minutos de silencio.
El Vaticano también se unió a la jornada de luto y el Papa Juan
Pablo II permaneció hasta mediodía en la Aula Pablo VI, sede de la
tradicional audiencia pública de los miércoles, donde a mediodía
todos meditaron durante tres minutos antes de rezar un
Padrenuestro. Cuando el reloj de la Torre del Big Ben, en el
Parlamento de Westminster, marcó las 12.00 hora local, en la calle,
en las estaciones de metro y en los lugares de trabajo, los
británicos detuvieron sus actividades para expresar su dolor. Las
instituciones y ciudadanos españoles secundaron asimismo en todo el
país las concentraciones de duelo para honrar a las víctimas. El
Gobierno español defenderá a partir del próximo 11 de enero en el
Club de París que se conceda a los países afectados por el maremoto
en el sudeste asiático una moratoria en el pago de su deuda
externa. En Bélgica, trabajadores, medios de transporte y de
comunicación pararon a mediodía en honor de las víctimas del
tsunami, y las banderas de los edificios públicos ondearon a media
asta, al igual que en Polonia. Los holandeses también secundaron
este acto de solidaridad. Mientras, el secretario de Estado
norteamericano, Colin Powell, manifestó que «nunca había visto algo
así», tras sobrevolar en helicóptero la provincia indonesia de
Aceh, devastada por el seísmo. «He estado en la guerra y he sido
testigo de un buen número de huracanes, tornados y de otras
operaciones de emergencia, pero nunca había visto algo así»,
aseguró Powell.
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