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Moussa M., un nigeriano al que varias personas de etnia gitana quemaron el pasado mes de octubre mientras dormía en una chabola del poblado de Son Banya, fue juzgado ayer en Palma por un nuevo delito, apenas varias semanas después de haber salido de la Unidad de Quemados del hospital de Vall d'Hebron, en Barcelona. Moussa, que cuenta con numerosos antecedentes policiales, fue detenido en septiembre del año pasado acusado de violar en Son Banya en dos ocasiones a una joven. Menos de un mes más tarde, varias personas quemaron en un «ajuste de cuentas» la chabola en la que el joven estaba durmiendo, produciéndole quemaduras de segundo y tercer grado en el 40 por ciento de su cuerpo. El herido fue evacuado a Son Llàtzer y de ahí hasta el hospital de Vall d'Hebron, donde permaneció ingresado largo tiempo. Posteriormente regresó a Palma, donde el pasado 2 de febrero fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía en la calle Forn del Racó, junto al Teatro Principal, mientras intentaba robar el bolso a una mujer. Según la víctima, Moussa M. se acercó para pedirle dinero. La mujer accedió y abrió el bolso, momento en que el hombre, que consume drogas y estaba bajo el síndrome de abstinencia, metió la mano con la intención de llevarse la cartera. Tras forcejear durante varios minutos, la víctima cayó al suelo, aunque varios hombres lograron retener al joven hasta la llegada de la policía. Durante el juicio, ni la víctima ni un testigo no tuvieron dudas a la hora de identificarle.

Por su parte, Moussa M., quien no quiso aceptar una conformidad para rebajar la condena de un año y dos meses que el fiscal solicita, aseguró en todo momento que era inocente, y que «cada vez que un negro comete un delito en Palma, me detienen a mí».