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Desde la noche del domingo los equipos de rescate y emergencias, Bombers del Consell, Guardia Civil, Protección Civil de distintas localidades y policías locales, tuvieron que trabajar a destajo en la Part Forana. Las localidades más afectadas por el temporal de viento fueron Alcúdia, Pollença, Lloseta, Inca, Calvià, Binissalem, Llucmajor y Can Picafort.

A lo largo de la noche los bomberos intervinieron en un total de 31 servicios diversos: incendios, retiradas de uralitas, de árboles caídos y otros. En Lloseta, Protección Civil y Policía Local actuaron en 17 servicios hasta las tres de la madrugada, hora en la que remitió la intensidad del viento, pero se estuvo en estado de alerta y, de hecho, a las siete de la mañana se reclamaron sus servicios debido a incidencias del viento. La mayoría de estos servicios estuvieron relacionados con la retiradas de árboles, vallas y alambradas.

En la Guardia Civil tampoco hubo respiro. La mayoría de las patrullas disponibles se pasaron la noche interviniendo en un sitio u otro, siempre por culpa del viento. Las alarmas de los negocios y empresas saltaron de forma masiva, obligando a comprobar cada caso. En casi la totalidad fueron problemas derivados del vendaval, y sólo unos pocos se trataron en realidad de robos o intentos de robo. Ninguna carretera quedó cortada al tráfico, a pesar de que algunos árboles de gran tamaño (sobre todo pinos) cayeron sobre la calzada en distintos puntos de la Isla.

Desde el subsector de Tráfico, a primera hora de la mañana, se solicitó precaución a los conductores: «No sólo hay riesgo de que caigan ramas o piedras de las paredes, también una racha fuerte de viento puede hacer que un vehículo que circula a una velocidad inadecuada pierda el control», recordaron. La parte más positiva del paso del temporal fue, sin duda, que no se cobró víctimas. La mayoría de tejas, macetas o persianas cayeron a la calle de noche o de madrugada, cuando las calles estaban desiertas.