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De entre todas las auto escaleras con que cuenta el Cos de Bombers de Palma la más larga tiene 30 metros, una altura que se considera insuficiente porque la Torre de Es Fortí, por ejemplo, mide 65 metros. Así pues, el brazo articulado, en caso de siniestro, no podría llegar ni a la mitad de ese 'rascacielos'.

Pero el caso de Es Fortí no es el único, hay muchas más fincas que superan los 30 metros en Palma, lo que equivale a un décimo piso. En Barcelona, donde los bloques son más imponentes, las auto escaleras tienen un brazo articulado de 50 metros, lo que les permite operar con mayor facilidad. Este panorama, al parecer, no inquieta a Cort, ya que de momento no se plantea la adquisición de grúas más altas. Otro problema añadido es que los 30 metros citados de los tentáculos del Cos de Bombers no son aplicables en todas las calles. Es necesario que las vías sean amplias, para que el vehículo pueda extenderse en un ángulo de 70 grados, y desplegar así todo su potencial. El ejemplo lo tuvimos hace pocos días, cuando la iglesia de Santa Eulàlia sufrió la caída de parte del pináculo a causa del temporal de viento. Al día siguiente, los bomberos regresaron a la plaza para retirar la pieza que colgaba, pero lo hicieron utilizando una grúa de una empresa privada. El pináculo medía 58 metros y, en consecuencia, no servían las auto escaleras municipales. El brazo articulado de Grúas Bauzà, por su parte, puede llegar a alturas que rondan los 70 metros. ¿Por qué no incorporar entonces ese material pesado para los bomberos? La respuesta estriba en que esos brazos mecánicos tan largos deben apoyarse en la estructura del edificio, mientras que los bomberos, cuando trabajan en la extinción de un incendio, no pueden confiar en que el edificio se quedará en pie. Y el ejemplo de la Torre Windsor, en Madrid, está todavía caliente.

«En caso de incendio en un piso superior a la altura diez, debemos intentar entrar en el bloque a tiempo, para que las llamas no se propaguen. Estas fincas, normalmente, cuentan con bocas de agua y sistemas contra incendios, por lo que son relativamente seguras», manifestó un experto municipal consultado por este diario. «Además -añadió- si tuviéramos escaleras larguísimas serían muy inestables y nos serían de poca ayuda». Por último, explicó que los rascacielos de oficinas son más peligrosos que los de viviendas, porque están más compartimentados.