El crucero Grand Voyager, que el lunes se averió a 65 millas de
Menorca, volverá a navegar a partir del 18 de abril, fletado por la
compañía Iberojet, que deberá asumir «un gran esfuerzo económico»
para sufragar el dispositivo organizado en el traslado de los
pasajeros de regreso a España desde Cerdeña.
Así lo explicó ayer el director de mercadotecnia de Iberojet,
Ricardo Fernández, quien comentó que la complejidad de las
operaciones organizadas para posibilitar el regreso a sus ciudades
de origen de los 474 pasajeros que viajaban en el barco desde el
puerto de Cagliari (Cerdeña), adonde se desvió la ruta del buque
tras la avería, dificultan la evaluación de los costes, que en todo
caso serán muy elevados.
Además, Iberojet se vio obligada a cancelar los cruceros que,
con salida programada desde Barcelona los días 14 y 21, tenía
previsto realizar eGrand Voyager y ofrecer a cambio un itinerario
entre los puertos de Alejandría y Atenas, lo que a su vez ha
supuesto contratar nuevos desplazamientos en avión hasta la ciudad
egipcia para los clientes que han aceptado estas alteraciones,
alrededor del 90%, expuso Fernández.
Señaló también que su empresa esperará a conocer los resultados
de las investigaciones para pedir responsabilidades, aunque aseguró
que estas en ningún caso afectan a Iberojet. Al respecto, reiteró
que «bajo ningún concepto» Iberojet «presionó a nadie» para que el
barco partiera de Túnez.
Los cuatro pasajeros que fueron hospitalizados en Cagliari por
traumatismos durante la travesía, entre ellos uno de Eivissa,
siguen ingresados aunque está previsto que se les dé el alta médica
en breve.
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